¿Comes para sentirte mejor o aliviar el estrés?
No siempre comemos solo para satisfacer el hambre física. Muchos de nosotros también recurrimos a la comida para consolarnos, aliviar el estrés o recompensarnos a nosotros mismos. Hay una razón por la cual las personas buscan alimentos como papas fritas o galletas cuando se sienten deprimidas. Les hace sentir mejor. Este ciclo generalmente no termina hasta que se soluciona el problema real.
Identificación de patrones y distracciones
Comienza por averiguar por qué necesitas comida reconfortante. ¿Te calma, te anima, te compensa por un día difícil o alguna combinación? Reconocer estos patrones de pensamientos puede hacer que sea más fácil resistirse a ceder. También es útil darse cuenta de las implicaciones a largo plazo. La mejor manera de conocer los motivos de la alimentación reconfortante es mantener un diario alimenticio. Registra qué y cuánto comiste y cómo te sentiste en ese momento.
¿Comiste comida reconfortante porque te sentías solo, aburrido, estresado, etc.? ¿Comiste porque sentías que lo merecías después de un día difícil?
Si reconoces el patrón, puedes desarrollar una estrategia para romperlo. Consulta nuestro artículo «Consejos para controlar el hambre» en nuestro portal de soporte en línea. Recuerda que también mereces perder peso, sentirte saludable y estar orgulloso de ti mismo.
Distracción frente a la atracción de la comida por emoción
- Sal a caminar durante cinco minutos.
- Escucha música.
- Lee un libro.
- Practica la meditación para aliviar el estrés.
- Toma una ducha o baño caliente.
- Llama a tu mejor amigo para chatear.
- Mantén tus manos ocupadas (tejer, hacer manualidades, etc.).
- Siéntate fuera bajo el sol.
Si puedes distraerte durante unos minutos, la necesidad de comer debería disminuir. Cuanto más pienses en distraerte, más fácil será con el tiempo. Ejercita la paciencia contigo mismo, ya que llevará tiempo desarrollar estos nuevos hábitos. Va a tomar práctica. Esfuérzate por crear un sistema de recompensas para ti en todos los ámbitos. Si tienes dificultades para cambiar tu comportamiento alimentario por tu cuenta, entonces es hora de obtener ayuda externa.
